La Asunción clandestina de Carmen Soler

Carmen Soler fue una poeta paraguaya nacida en 1924 y fallecida en el exilio, en 1985.

Su obra posee una particularidad especial dentro del corpus de la literatura paraguaya moderna: es la expresión lírica de su propia acción revolucionaria en tiempos de terrorismo de Estado.

El destierro, el reiterado regreso a su patria, la prisión, la tortura, la organización insurgente y una fe inexorable en la humanidad, marcaron su poesía. En la Asunción clandestina de la década de los ’50 hasta finales de los ’60, se desarrolló de forma intermitente y transversal parte importante de su producción poética y de su militancia política, cualidades que se desplegaron inseparables con una poderosa originalidad para trasmitir la verdad del tiempo que le tocó vivir, especialmente en lo que respecta a la poesía escrita por mujeres en nuestro país. Tal como refería el maestro Roa Bastos, “ubicada en la línea social y popular inaugurada por Julio Correa, Carmen Soler representa por primera vez en la poesía paraguaya la irrupción de la mujer como poeta de combate”.

Fotografía de inicio (extr. sup. izq.): 1960, enero, Asunción. Carmen denuncia los golpes recibidos en su segundo apresamiento en Asunción. Del archivo de Matena Aponte Soler.
Fotografía de ficha policial: 1955, julio, Asunción. Primer arresto de la poeta. Del Archivo del Terror, Centro de Documentación y Archivo, Museo de Justicia, Palacio de Justicia, Paraguay.

Este archivo contiene poemas que en Paraguay fueron prohibidos. Está compuesto por 59 mecanografiados originales y manuscritos que se exponen en este formato por primera vez. Estos contienen poemas de su autoría, la traducción al castellano de un poema de Nazim Hikmet fechado en 1954, y una carta escrita por la poeta en 1968 antes de partir a su último exilio. Además de 66 fotografías, de las cuales 30 son inéditas.

El poema A tu lado también es inédito y se publica por primera vez en este sitio. Los demás fueron impresos en tres poemarios y dos antologías de su obra. Las primeras dos publicaciones fueron en Uruguay y Argentina. Recién la tercera fue lanzada en su país en 1995, diez años después de su muerte.

Las imágenes fotográficas son retratos de su vida en el exilio y podrían mirarse también como mecanismos poéticos de un extrañamiento, de paisajes ajenos y lejanos que formaron parte de la vida de Carmen Soler y que nos conducen hacia los poemas que reproduce este archivo como imágenes de su Asunción clandestina.

1951, sur de la Argentina. Frente al mar, en Comodoro Rivadavia, Carmen durante su primer exilio. Del archivo de Matena Aponte

Tal vez
nada te avise mi presencia
pero estaré a tu lado
siempre. 

No estaré con mi rostro indefinido
sino con los bellos rostros que no tuve.

Me verás en las nubes
me sentirás fragancia
seré transparente y colorida
en todas las distancias. 

Me oirás en el viento
me verás en el río
y seré cualquier rostro
que atraiga tu mirada. 

Así andaré a tu lado
como un sueño en tus ojos. 

(Fragmento del poema inédito A tu lado)

1966, setiembre, Buenos Aires. Carmen Soler y Luis Casabianca en el exilio. Fotog. del archivo de Casabianca.

Tanto los manuscritos y mecanografiados como 38 de las fotografías, forman parte del archivo que conservó Luis Casabianca -esposo de Carmen Soler- y que donó al Partido Comunista Paraguayo (PCP) el 3 de mayo del 2014, el día de su cumpleaños 87, como acervo del proyecto revolucionario al cual ambos dedicaron su vida, y en el caso de Carmen, también la mayor parte de su obra poética.

También son expuestas fotografías inéditas del archivo de Alberto Barrett; fotografías del archivo de María Eugenia Aponte Soler -hija de la poeta y de su primer esposo, Marco Aurelio, que fueron publicadas antes en portales de internet; una imagen extraída del Archivo Histórico de Revistas Argentinas; y la ficha policial, del Archivo del Terror alojado en el Centro de Documentación y Archivo del Museo de Justicia de Paraguay.

1968, agosto, Buenos Aires. Reencuentro con su hija Matena en el exilio, tras brutal episodio de torturas sufrido por la poeta en su tercer apresamiento en Asunción. Fotog. inédita. Del archivo de Luis Casabianca.

Carmen Soler y Luis Casabianca se conocieron en la militancia antidictatorial. En la segunda mitad de la década de los ’40, ambos integraron el Partido Febrerista, formando parte del ala radical marxista conocida como Bloque Liberación, y desde el año 54, coincidirían también en su afiliación al Partido Comunista. Se casaron en 1957 en plena acción insurrecta y durante los siguientes 28 años serían inseparables compañeros de vida y militancia revolucionaria hasta el fallecimiento de la poeta en el exilio. Durante este tiempo pasaron por casi una decena de países –incluyendo Argentina, Uruguay, Suecia, Chile, China, Rusia- escapando de la cárcel y la muerte, denunciando la opresión y la explotación, combatiendo contra el fascismo, conspirando desde las filas del PCP y escribiendo. Abocados a la construcción de una sociedad sin distinción de clases, en la que todas las personas puedan vivir a plenitud el desarrollo de sus capacidades de producir, crear y relacionarse libremente.

1976, Rusia. Del archivo de Casabianca. (Fotog. del extr. sup. izq.).

1975, Lituania. Del archivo de Matena. (segunda fotog. de la izq.)

Sin fecha. Mecanografiado del poema A tu lado. Del archivo de Luis Casabianca.

1968, agosto, Buenos Aires. Con Luis Casabianca. Del archivo de Matena Aponte (Fotog. de la derecha)

En el transcurso de sus varios exilios, en Chile, Carmen y Luis sufrirían un doble destierro tras el golpe del general Augusto Pinochet que puso fin al gobierno socialista de Salvador Allende abriendo la etapa sangrienta del Plan Cóndor en nuestro continente. Luego de pasar varios años en Estocolmo como refugiados políticos, residen en Buenos Aires hasta los últimos días de Carmen, en noviembre de 1985.

 “Estábamos como de paso por el extranjero. No arraigábamos. Así transcurrieron cerca de 30 años, intercalados con incursiones y permanencias clandestinas en el Paraguay bajo y contra el terror dictatorial. Recorrimos medio mundo como fantasmas, mitad presentes, mitad ausentes de los hermosos y a veces inhóspitos lugares que recorrimos”, relata Casabianca en sus crónicas del pueblo insurrecto (2012).

1975. Probablemente en Estocolmo, durante el exilio en Suecia. Fotog. inédita. Del archivo de Luis Casabianca.
1978, Roma. Del archivo de Luis Casabianca.

En 1954, Carmen Soler había regresado a su ciudad natal de su primer exilio y, quince años después, en 1968, había partido al último para no retornar. En el transcurso de estos años, Asunción fue una estación reiterada, intermitente y clandestina.

Mi ciudad es de arena y viento espeso
con pedazos de luna en las esquinas,
medallones de sombra en los jardines
y un aire de terror sobre los techos.
Nadie acudirá por más que grites.
Nadie responderá por más que llames.
Ha levantado muros de silencio
que ahogan las palabras en el aire.

Noche larga fue el primer título del poema que incluye estos versos, publicado en 1986 con el nombre de Asunción, en el poemario póstumo En la Tempestad.

Mi ciudad es de calles infinitas
y de ella no saldrás por más que andes.
El temible Taú-taú de fuego fatuo
te hará perder el rumbo si es que partes;
te transformará en fantasma inquieto,
te hará vagar por patios y zaguanes,
te enredará en las cuerdas de arpas indias

y en idioma dulce de panales.
(…)

Sin fecha. Carmen Soler. (fotog de arriba, izq.) Del archivo de Casabianca.

Entre 1976 y 1978, Estocolmo. Escribiendo, durante su exilio en Suecia. Del archivo de Casabianca.

Para seguir leyendo, descarga aquí el ensayo completo sobre la obra de Carmen Soler:

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